Los sistemas de auto-estacionamiento están diseñados para hacer más sencillo el estacionarse, pero se podrían utilizar para controlar la dirección del auto. Los sistemas remotos para la llave pueden usarse para dejar encerrado al conductor dentro del auto. Los frenos controlados electrónicamente están diseñados para hacer que el auto sea más seguro, pero podrían resultar exactamente lo contrario.
Expertos en software, académicos y piratas cibernéticos profesionales han mostrado que al tener acceso físico a un auto, en un taller mecánico o una estación de servicio, por ejemplo, o a través de archivos de sonido de MP3 en un CD que contenga software malicioso, se puede subir información que concede acceso al control de su sistema desde afuera.
La promesa del coche conectado es fantástica. Vehículos que facilitan la conducción, que minimizan el consumo, que aportan todo tipo deopciones de control y comodidad y que teóricamente ayudan a minimizar los riesgos en la carretera.
Pero todas esas prestaciones podrían tener un precio demasiado elevado. Los recientes descubrimientos de vulnerabilidades en coches de diversos fabricantes han hecho que muchos se den cuenta de que un coche conectado es también un coche expuesto. Y mucho
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